Me apasiona el pasado. Todo lo que sea historia que no haya vivido, me interesa, por más mundana que sea. Quizá por eso, cada domingo que voy a lo de una de mis abuelas, y se ponen a hablar del barrio en los años 30 cuando reinaban los conventillos, pasaba el lechero y todavía funcionaba el mercado de Abasto con sus changarines no puedo evitar preguntar y preguntar y no parar de preguntar. A abuela y tíos abuelos les encanta recordar esa época y contarme con qué poco se conformaban. Tenían tan poco que ni fotos hay, por eso este hallazgo es como una reliquia familiar:
lunes, 19 de octubre de 2009
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1 comentarios:
qué foto grosa.
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