miércoles, 9 de diciembre de 2009

Máxima

Claramente cuando estás chateando con alguien y no querés quedar como un ignorante ante un determinado tema, googleás y después pensás cómo decirlo con tus palabras.

jueves, 3 de diciembre de 2009

December

Señoras y señores, estoy en condiciones de afirmar que llegó esa época del año en la que no sólo todo se viste de navidad y muchos giles disfrazados de Papá Noel se sacan fotos en situaciones extrañas (como abajo del agua). Llegó diciembre y con él los fines de semana cargados de eventos. El que está empezando, viene con, a saber: fiesta de egresados, muestras de fin de año y cumpleaños. Todo esto sin contar que faltan otros weekends de: actos de colación, cenas de despedida, salida de reencuentro y otros cumpleaños más.
Me pregunto por qué tenemos esa necesidad de resumir todo en este mes, de hacer balances, de reencontrarse, de juntarse como si al mes siguiente no nos volviéramos a ver. Por supuesto que están exentos aquellos que cumplen años o se reciben, nada pueden hacer al respecto más que festejar. Pero el resto de las excusas para reunirse... they're cheap.

domingo, 29 de noviembre de 2009

"Human" - cover by Robbie Williams



Ya te extrañaba un poco, eh

jueves, 19 de noviembre de 2009

Del otro lado del árbol caído

Qué increíble cómo una canción te lleva a un momento, un sabor, una sensación, un estado de ánimo. Me pasa con muchas pero con ninguna como con El árbol caído de Lisandro Aristimuño. Cada vez que alguien me pide que le recomiende una canción de este cantautor rionegrino, le paso esa. En un intento, tal vez, de que el otro sienta lo mismo que yo cuando la escucha. Pero no, es algo demasiado personal, casi inexplicable.
Decime si no te pasa.
Por ahí no con ésta

Pero sí con otra

miércoles, 18 de noviembre de 2009

It's lifting you up, up, up and away

Fui a ver a Jason Mraz al Gran Rex, volví encantada con su personalidad y su talento. El show superó mis expectativas, la verdad que no esperaba que el tipo cantara tan bien en vivo. Además, tiene una banda de puta madre y un percusionista, Noel "Toca" Rivera, que la tiene atada.
Pero no vine hasta aquí para contar eso. En realidad vine para no contar nada. Solamente para explayarme sobre lo molesto que me resultó ver este recital en un teatro.
Como no me alcanzaba para la platea (los artistas internacionales cotizan las plateas demasiado caras), compré pullman, que es el último piso del Gran Rex. Además de marearme -porque la redondez del techo tiene unas rayas como de ventilación negras que siguen la forma, como los azulejos de las escaleras de los subtes-, pude comprobar que la gente en ese sector del teatro es muy mala onda.
Mraz invitaba a bailar en determinadas canciones y abajo era una fiesta. Sin embargo, en cuanto yo atinaba a levantarme el reverendo pelotudo que tenía atrás empezaba a gritar que me siente. Ahora, yo me pregunto, ¿para qué vas a un recital? ¿Para quedarte sentado como si estuvieras en el cine? Para eso comprate el dvd y quedate en tu casa, infeliz.
Igual, admito que muchas canciones de JM son para quedarse sentado escuchándolo y abrazando al que tenés al lado, pero otras ameritan hasta una coreo. Me parece que la gracia es pasarla bien, sacudir el esqueleto, que te duelan las patas y la cintura de tanto estar parado.
Bueno, eso en el pullman de esta noche no existió. Por eso, yo me manifiesto a favor de los recitales de pie. He dicho.

N de la R: al único que banco que toque en un teatro es a Lisandro Aristimuño... De todas formas, sigo prefiriendo sus recitales en Niceto.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Me cuesta mucho despegarme de mis zapatillas viejas... Cosa que no me pasa con cualquier otro tipo de calzado.
Significa que no quiero crecer?

jueves, 5 de noviembre de 2009

puntos suspensivos

Cada día me convenzo más de que los usuarios de Twitter en Argentina se empeñan en ser yanquis. O al menos, parecer. Hacen lo que hacen los norteamericanos, comen lo que ellos comen, usan lo que ellos usan, hablan como ellos hablan.
Me parece un toque patético, por lo que no me siento muy identificada con la comunidad tuitera argentina.
Yes, post barderito.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Single Ladies (Beyonce) By Pomplamoose

lunes, 19 de octubre de 2009

It was a very good year

Me apasiona el pasado. Todo lo que sea historia que no haya vivido, me interesa, por más mundana que sea. Quizá por eso, cada domingo que voy a lo de una de mis abuelas, y se ponen a hablar del barrio en los años 30 cuando reinaban los conventillos, pasaba el lechero y todavía funcionaba el mercado de Abasto con sus changarines no puedo evitar preguntar y preguntar y no parar de preguntar. A abuela y tíos abuelos les encanta recordar esa época y contarme con qué poco se conformaban. Tenían tan poco que ni fotos hay, por eso este hallazgo es como una reliquia familiar:

martes, 6 de octubre de 2009

Trastocadito

Tal vez esa etapa de la pre adolescencia me llegó tarde pero recién ahora instalé el jueguito para la computadora The Sims, tentada por las tardes de domingo con mis primos menores de 14 años.
Todavía no sé jugar bien, por ende, mis muñequitos enseguida se irritan o les revienta la vejiga o viven en la mugre o son unos completos anti sociales. El tema es que me involucro mucho con su ficticio estilo de vida y me da "cosa" no saber manejarlos bien para que cumplan sus "aspiraciones y deseos", como dice la cajita del juego.
Ya sé que es un bloody game, pero no lo puedo evitar.

sábado, 3 de octubre de 2009

Conclusiones apresuradas

Para mí hay gente cuyos padres, al llamarlos de determinada forma en el momento que nacen, les marcan un camino en la vida, una elección y una personalidad... Sobre todo aquellos que tienen nombres fuera de lo común.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Cuccina

Me declaro enferma de El Gourmet.
Veo prácticamente todos los programas de esa señal de cocina y conozco a todos los cocineros.
Me fascina Narda Lepes (de quien compraría hasta DVDs si los hubiera) y sus Recetas y secretos o sus viajes alrededor del mundo. Los banco a los franceses Bruno y Olivier que de la panadería hacen magia, viajan por Francia degustando quesos y hablan en ese español afrancesado forzado (c'est parfait). Siempre me engancha Osvaldo Gross, ese meticuloso pastelero hiper prolijo. Me fanaticé con José Ramón Castillo en Cacao (ex Xocolatl), con su templado, llenado, vibrado y vaciado para hacer bombones. Veo a Donato de Santis mientras viaja por su país natal en Italia Mia y en su Villa della Pasta, donde cocina todas las variedades de fideos habidas y por haber. Me deleito con los platos sofisticados de los cocineros de Nueva Generación (Alexis Cataldi me cae particularmente bien por su tono barrial porteño). Trato de no perderme un solo programa de los orientales Iwao y Ohno, quienes en Wok y Ohno respectivamente, tiran tips de su fascinante cultura. Cuelgo mirando a Francis Mallman cocinando en la Patagonia con sus perros, en Huente-có. Y me sorprendo con el adolescente Omar Pereney, quien en Yo Cocinero hace recetas sencillas explicadas a la perfección (con sólo 15 años). Incluso veo los programas más boludos: ABC Gourmet, en el que solamente se ven las manos de un chef; Comando Gourmet, que es una especie de reality muy trucho y me fumo el acento mexicano de Desafío Gourmet, la competencia para encontrar al nuevo chef del canal.
Ah, y no sé cocinar ni un huevo frito. Pequeño detalle.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Vida terrenal

Voy hasta la cocina a guardar los platos en la alacena y de paso echo un vistazo por la ventana. Casi siempre está la chica del edificio de al lado hablando por teléfono en el balcón. Creo que si nos cruzáramos por la calle nos reconoceríamos. Nunca pasó.
Esta vez, hay un chico asomado a su ventana en el edificio que se ve de frente. Está lo suficientemente lejos como para que no pueda divisar si me está mirando, si me está haciendo señas o si siquiera es lindo. Qué pena vecino, nunca habrá chances de que nos conozcamos. Nos separa mucho más que una medianera.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Loser

Odio admitirlo, pero tenías razón. Si te hubiera escuchado cuando veníamos caminando, probablemente hoy no estaría pensando que soy una perdedora. Perdedora de tiempo. Estaba todo dado, solamente tenía que tomar la iniciativa yo, por una vez en la vida. Pero no. Por cobarde esperé, te dije "la próxima que nos crucemos le digo" y tu respuesta fue "la próxima puede ser muy tarde ya". Ahora tengo la sospecha de que está con otra. Más que sospecha, me parece que es un hecho. Debería haberte hecho caso porque no tenés 25 años al pedo. Por más que piense que te faltan unos jugadores, a veces decís verdades. A veces tenés razón y odio admitirlo.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Ilustreitor

Hace poco me empezó a resonar el nombre de Alberto Cerriteño. Creo que primero vi sus ilustraciones en un programa de tv de cable porque había participado del Puma Urban Art y después apareció en la revista gratuita que reparten en algunas facultades.
Indagué, husmeé, fisgoneé y me gustó bastante lo que hace este mexicano residente en USA.

Llegué a su blog y estaba en inglés. Pobres sus compatriotas que no tienen la suerte de entender el idioma universal. No es que no lo use ni me parezca poco importante manejarlo. Todo lo contrario. Simplemente a veces me irrita que el mundo entero se doblegue ante el inglés: ganás un premio y tenés que agradecer en inglés; ganás Roland Garrós y algo en inglés tenés que decir; hacés un discurso para salvar la humanidad y lo tenés que pronunciar in bloody english.
Cuando me pase algo de eso, voy a hablar en español y que se las arreglen. Primero la identidad.

martes, 8 de septiembre de 2009

La vecindad del Once

Situación: sala de redacción de TEA, muchas computadoras prendidas, numerosos alumnos haciendo trabajos. Salta la térmica un toque, amenazando con apagar todo y se escucha un "uhh", como de golazo errado.
Diez minutos más tarde, emprendía viaje hacia mi casa en el nunca bien ponderado 26. Mientras caía el sol, miraba por la ventanilla y gran parte del barrio de Once, meca de las telas y demás chucherías, estaba a oscuras.
Al parecer, el corte de electricidad sacó a flor de piel lo mejor de la vecindad de los comerciantes y, a medida que el bondi avanzaba (o al menos intentaba), las escaleras de pintor se pasaban de cuadra a cuadra para intentar bajar manualmente las persianas. La imagen se repetía como un dvd rayado. Y quienes no tenían la suerte de poseer una persiana mal que bien modernosa, debían apelar a la solidaridad del cadete vecino para destrabar la oxidadada cadena, mientras el encargado del otro lado, sostenía la linterna para que le embocara al destornillador.

martes, 1 de septiembre de 2009

Algo que me pasa no muy seguido: siento unas ganas irreversibles de mandar a alguien a la mierda. Pero si digo irreversible es que tengo que contenerme demasiado para que no me salga una puteada de esas inolvidables. Me muerdo el labio inferior por dentro y pongo la mejor cara de mal humor, como para que me pregunten cuál es el problema. Es el momento perfecto para el vómito. Sin embargo, no lo hago. No-lo-hago. Respondo políticamente correcta pero doy a entender mi descontento.
Y después, todo el mundo se olvida.

martes, 25 de agosto de 2009

Colectivo imaginario

En la hilera de asientos individuales, el tercero, justito arriba de la rueda y con la ventanilla que se abre exactamente como para sacar el brazo. Ahí.
Ése es mi asiento preferido de la línea 26 (y de todas las demás que utilizan la misma carrocería).

jueves, 20 de agosto de 2009

......

El 30 de diciembre de 2004 el entonces novio de una de mis amigas me había dicho que esa noche iría a ver a Callejeros con los chicos, nuestros amigos del barrio en ese momento. Era LA banda de rock. Habían sido como una revelación ese año y habían llenado el estadio de Excursionistas, adonde dos de mis amigas más cercanas habían ido.
Después de cenar, mi viejo sintonizó de casualidad Crónica en donde una placa roja anunciaba que una "bailanta" se incendiaba en Once. En eso, se conecta al MSN el chico antes mencionado, quien debería estar en el recital. Enseguida me dijo que se habían tenido que ir por un incendio que había causado una bengala. Ante mi desconcierto, vuelvo a mirar al televisor y ahora la información era más concreta: no era una bailanta, era Cromañón, el lugar donde tocaba Callejeros, y se estaba muriendo gente.
Las imágenes eran estremecedoras, y a medida que pasaba el tiempo el panorama empeoraba. Le pedí detalles a mi amigo: él sólo me podía decir que como habían llegado un poco tarde, el lugar estaba arrebatado de gente y se habían tenido que quedar cerca de la puerta. Eso les salvó la vida.
Yo tenía 16 años, mis amigos entre 17 y 18. La mayoría de los que estaban ahí no superaban los veintipico de años. La mayoría de los que estaban ahí eran chicos como yo, a los que nadie cuidó. Empezando por el Estado corrupto, que ni en ese momento ni ahora se preocupó por controlar que ese y tantos otros lugares tuvieran las medidas de seguridad necesarias para que, en caso de una tragedia semejante, los pibes pudieran empujar una puerta y salir.
Siguiendo con el dueño del lugar que, como todo empresario, lo único que quería era lucrar. Para eso, vender entradas de más y pagar coimas para que no le cerraran el bolichito, cuyas salidas de emergencia estaban encadenadas.
Y finalmente, la banda que no está libre de responsabilidad. Hoy, a 5 años, los absuelven como si no hubieran incentivado el uso de bengalas en un lugar cerrado. Como si ninguno hubiera tenido ni voz ni voto en las decisiones.
En este caso, son todos socios de la tragedia y todos tienen que pagar. Lo más grave es que para el tribunal el gran culpable es Chabán, y bien culpado está, pero con esto se tapan responsabilidades aún más pesadas, que van a quedar impunes.

viernes, 14 de agosto de 2009

Capuccino

Me senté en la hilera final de asientos del colectivo, ahí donde cualquiera que sube fija la mirada. En la parada de Anchorena los vi subir: eran una pareja de esas que parecen combinar en todo pero algo me iba a demostrar que no era tan así.
Se ubicaron bastante cerca de mí, parados, sosteniéndose de la última fila de asientos dobles antes de la puerta. De un silencio incómodo, pasaron a una discusión casi discreta. Hablaban en voz baja pero era evidente que estaban discrepando en algo. Siempre me pareció patética la gente que hace escándalos de cualquier tipo en público. Sin embargo, me dio la sensación de que ellos realmente no podían esperar.
De repente, ella lo abrazó a él, que levantó la vista y me vio que lo estaba observando. En cualquier otra situación yo hubiera corrido mis entrometidos ojos de ahí, pero sostuve mi mirada esperando a que él la corriera. Ninguno de los dos estaba dispuesto a hacerlo y, antes de que el brazo de su novia lo soltara, pude ver en su cara una expresión de resignación.
Finalmente, ella se bajó dos paradas antes que la mía. Cuando el colectivo llegó a Acoyte, quedamos él y yo esperando para bajar. Una vez abajo, sin rodeos, me preguntó si lo acompañaba a tomar un capuccino al bar de la esquina. Contra todo precepto paternal, acepté la invitación de este extraño que me pareció de lo más inofensivo. Además, tenía unos ojos verdes demasiado profundos. Está bien, podría haber sido un tipo peligroso, pero lo único que quería era hablar.
Fue una situación de lo más extraña: alguien que había visto en el colectivo y con quien ni siquiera había cruzado palabra en el trayecto, ahora me daba detalles de su vida. No sé por qué lo escuché, me habrá parecido sincero.
Según él, estaba en las últimas con Martina que lo celaba demasiado. El noviazgo venía desde hacía tres años y no daba para más, habían cambiado mucho los dos.
Con curiosidad le pregunté por qué me había invitado el café y me dijo que no había explicación alguna, que nunca hacía esas cosas. De hecho, era la primera vez.
Con una sonrisa comparó la situación con la de una visita al psicoanalista: “¿Para qué pagar para hablar con un desconocido si en el colectivo hay para elegir escuchadores a cambio de un café?”. Me reí, no era una apreciación tan descabellada.
Charlamos, fue una conversación distendida. Sus puntos de vista eran muy interesantes, otros cuestionables, parecía especial. Estaba cómoda en su compañía pero cuando nos quisimos dar cuenta ya era casi la hora de la cena.
No me dejó pagar lo mío, por más que insistí. Salimos y ambos nos agradecimos por la charla. “¡Cierto! Soy Pedro”, dijo riéndose y se perdió entre el gentío.

jueves, 13 de agosto de 2009

En mis tres años de estudio de periodismo temo (TEMO) por una materia...
...
...










INVESTIGACIÓN. muajaja

miércoles, 12 de agosto de 2009

Radio gaga

La magia de la radio hizo que una Sol de 20 años, volviendo de la facu en bondi llamara a Metro y medio y otra Sol, de 20 años, volviendo de la facu en bondi, la escuchara.

miércoles, 29 de julio de 2009

Por un momento pensé que se alineaban los planetas, pero tan pronto como cuando se me cruzó eso por la mente, todo se hizo pedacitos. Chiquititos chiquititos.
GREAT

sábado, 18 de julio de 2009

Cara o qué

Es increíble lo que logra un karaoke entre desconocidos (y más si corrieron varias jarras de cerveza). No importa si desafinás, si pegás unos graves heavys, si te perdés... todos aplauden. No importa si suena algun temón de Cacho Castaña o algún otro bizarro de Johnny Allon. No importa si de repente a un grupete le pinta por cantar Laura, se te ve la tanga y el amigo gay se descontrola con el meneo. No importa nada.

PRICELESS

domingo, 5 de julio de 2009

Psychology

Ayer, después de unos tacos entre amigos, jugamos al Psychology. Yes, mi primera vez en ese juego raro en el que, según las reglas que me comentaron, una persona (o dos en nuestro caso) debían adivinar el patrón al que todos respondíamos.
Elegimos que todo lo que dijéramos fuera lo inverso a lo que en realidad es uno. Es decir, en la 'vida real' yo estudio periodismo, pero en esta sesión de Psychology soy una ingeniera electromecánica consagrada y así con todo.
Entonces, mientras dura el juego, somos todos una persona completamente diferente que hace cosas que jamas haríamos. Aunque parezca una pelotudez, cuando termina es como un cachetazo de vuelta a la real life, después de haber sido hombre, amar a Ricardo Arjona y odiar los libros.-

miércoles, 1 de julio de 2009

Dear TecnoSanta...

Te escribo desde ahora, para que vayas juntando...

-Una nueva cámara digital, más portable que la actual
-Una cámara Nikon
-Una netbook
-Una cámara MiniDV
-Un televisor nuevo para mi cuarto
-Un DVD para el televisor anterior
-Un iPod
-Un grabador digital (ese lo necesito en serio!)
Yapa: un viaje al exterior, puede ser?
Gracias

domingo, 21 de junio de 2009

Pirates of the disquería

Con esto de la era digital, la tecnología e Internet, cuando uno comenta que se tomó el trabajo de ir hasta una disquería, pasear por sus pasillos, elegir un CD después de ver varios, hacer la cola y pagar (sí PAGAR), lo miran como si fuera un bicho raro.
Parece que no entienden el encanto de llegar a tu casa, romper el envoltorio transparente, poner el disco en el reproductor y abrir el librito para ver el arte y el diseño que el artista eligió para vos, mientras suena la música. Es un folklore que disfruto cada vez que puedo comprarme un "CD posta".
Claro, no voy a ser hipócrita. Yo también bajo música pero, si pudiera, no lo haría. Es demasiado frío ese formato mp3, que no tiene nada tangible y hasta a veces ni el nombre de la canción aparece en la pantalla de la computadora, si lo bajaste de cualquier lado. Sin embargo, debería tener demasiada plata para adquirir toda la música que me gusta, de manera legal.
Entonces, cada vez que puedo, vuelvo a la disquería, recorro sus pasillos, elijo UNO de todos los que me gustaría llevar, hago la cola, compro y siento que le digo gracias a ese/esos artista/s que trabajaron para que la vida suene un poquito mejor de lo que es.

viernes, 19 de junio de 2009

It's all right, It's ok

Alguna vez leí que cuando uno piensa "este lugar está lleno de pendejos" es porque ya se es mucho más grande de lo que se cree.
Algo así me pasó el miércoles, cuando fui a ver a la banda británica The Kooks en La Trastienda. Sinceramente, si no hubiera sido por la crónica de una compañera de facultad que había ido el día anterior, nunca me hubiera imaginado encontrarme con tantas adolescentes histéricas por los muchachos ingleses.
Entonces, fui preparada psicológicamente para aguantar los gritos agudos. Y así fue. Afortunadamente, el lugar tiene un sonido de puta madre y los altos volúmenes de alaridos no taparon el brit-rock de The Kooks. De todas formas, debo admitir que en un principio me sacaron de las casillas las niñas desesperadas por que el frontman las mirara aunque sea dos segundos. Dan ganas de sacudirlas y decirles: "¿Para esto pagaste una fortuna? No gastes tanta energía en gritar y desmayarte, disfrutá del show, carajo".
La realidad es que, además de ser una banda relativamente nueva, sus integrantes no superan los 24 años por lo que cabe la posibilidad de rotularlos como una boyband, con la diferencia de que son más bien indie y hacen buena música (a mi entender).
En fin, lo grato es que el recital fue una inyección poderosa de energía a mitad de semana. Estaré vieja y este pensamiento de "uhh, está lleno de pendejos" se hará recurrente, pero no por eso voy a dejar de deleitarme con lo que me gusta. Así que sin dudas volvería a pagar una entrada para ver a estos cool guys de Brighton.

miércoles, 17 de junio de 2009

Oníricamente

Últimamente tengo un sueño recurrente en el que estoy con mi familia en las cercanías de una estación de servicio y hay una muchedumbre dispuesta a incendiar un auto. Al parecer, estamos todos de acuerdo en llevar a cabo tal acto de vandalismo. El siguiente cuadro es digno de una película de acción: todos corriendo porque obviamente revienta la estación.
Con mis viejos nos escondemos a la vuelta de la esquina y esperamos que salgan del caos mis tíos y primos. Justo en el momento que me empiezo a desesperar, los veo a todos ilesos viniendo hacia nosotros.
Lo curioso es que la explosión deja sin hogar a toda la ciudadanía y, en el medio de ese contexto apocalíptico, con mi familia encontramos una casucha -bastante parecida al hostel en donde me hospedé el verano pasado en Mina Clavero- y vivimos todos juntos ahí.
En ese lugar, hay unos insectos raros que mi hermano (vale aclarar que no tengo hermano en el mundo real) llama "escarpios" o algo así. Entre mujeres, nos peleamos por el baño, que es un asco literalmente, pero parece que nos es urgente bañarnos.
Finalmente, yo desisto de ducharme y salgo a caminar toda sucia. En el camino me encuentro con uno de mis primos que me pide que lo acompañe a la concesionaria porque quiere comprar un auto.
Ok, un intérprete de sueños por acá, por favor.

martes, 16 de junio de 2009

Vos, mejor que te bañés

A veces pienso que la gente simplemente no se da cuenta de que huele mal. Llegadas las bajas temperaturas y como usuaria del transporte público, me veo en la obligación de tener que soportar a aquellos que no tienen como hábito bañarse, o duermen con el perro y andan con olor a bicho todo el día, o no saben lavar la ropa y apestan a humedad. Ni siquiera se toman el trabajo de tirarse un poco de desodorante -aunque sea de ambiente, come on-. Me pregunto si ellos saben que emanan olores que traspasan el límite de lo soportable y van por la vida felices como si nada o si realmente hay que advertirles que, aunque sea por amor al prójimo, se amiguen con el jabón.

martes, 9 de junio de 2009

This is what I want to be

Siempre lo dije y siempre lo voy a decir: me irrita la desinformación. Pero la desinformación grosera, esa que hace quedar a la gente como estúpida ante una conversación en la que inevitablemente se tocan temas de actualidad.
Quizá por eso a los doce años, en un inquieto instinto, elegí la orientación de Comunicación Social de mi colegio, “para tener periodismo”. Y cuando estaba terminando el secundario y se me dilucidaron las ideas vocacionales, elegí aprender ese oficio.
Sabía que iba a tener que dedicarle mucho tiempo a la escritura y ese aspecto me entusiasmaba aún más -mucho más que volverme famosa por repetir noticias al lado de Santo Biasati-. Es que creo que desde chica me sentí atraída por las letras. Recuerdo que cuando compraron la computadora en casa, escribía cuentos y los guardaba en una carpetita. Me encantaba que mi abuela me llevara a la Feria del Libro y adoraba el manual de antología de cuentos de cuarto grado.
Sin saber si sería buena o mala en esto, arranqué la carrera en la escuela de periodismo. Ahí descubrí, entre tantas otras cosas, que también me gusta entrevistar y desgrabar para armar una nota lo más creativa posible. Ahora, sobre el final de la tecnicatura, me sedujo la radio. Empecé a prestarle más atención a muchos programas (ineludiblemente de FM, soy de esa generación) y quise hacer uno propio. Lo hice. Y quiero seguir descubriendo y reinventando este medio apasionante en donde pondera la imaginación.
Right now, siento que el desafío inmediato es salir y hacerme un lugar armada de lo que me dio la formación académica, pero dejando atrás "esa chica que estudia” para ser “esa profesional".
Scares me a little, I must admit.

martes, 2 de junio de 2009

Me indigna...

  • Lo caros que son los libros
  • Lo caras que son las entradas para los recitales
  • Lo caros que están los CD's/DVD's

miércoles, 27 de mayo de 2009

Ah, me encantan los blogs. No soy nerd, ni geek, ni ninguna palabra rara. Hoy entré a mis "Favoritos" en mi navegador Mozilla y me dí cuenta cuánto creció mi carpetita en la que guardo blogs que leo habitualmente. Y cada tanto descubro alguno nuevo. Es una cadena, uno te lleva a otro y a otro y a otro...
No puedo parar.

miércoles, 13 de mayo de 2009

what the hell are we supposed to do when we met someone that matches perfectly with us but, at the same time, is untouchable & unreachable?







.

lunes, 11 de mayo de 2009

1945-1981

Don't let them fool ya,
Or even try to school ya! Oh, no!
We've got a mind of our own,
So go to hell if what you're thinking is not right!
Love would never leave us alone,
A-yin the darkness there must come out to light.


domingo, 3 de mayo de 2009

I'm yours - Jason Mraz


Esta versión... Speechless

miércoles, 29 de abril de 2009

Pequeños placeres

Sin ánimos de desperdiciar una hermosa tarde otoñal-veraniega de miércoles, fui a la Feria del Libro. Y sola. Al contrario de lo que esperaba me gustó ir acompañada de mí misma. No diría lo mismo de la experiencia en el cine, la cual no disfruté porque al salir necesitaba comentar la película con alguien y no tenía con quién.
Sin embargo, ir al enooooorme festín de libros en La Rural
alone es casi perfecto. El tiempo fue todo mío y no dependía de nadie que se impaciente porque colgara leyendo varias contratapas. De hecho, hasta que me decidí por el libro que finalmente compré, habrán pasado unos 25 minutos y nadie me apuró. Caminé a mi paso, entré en cada stand que me interesaba y volví a recorrer todo cuantas veces se me vino la gana.
Experiencia recomendada.

miércoles, 22 de abril de 2009

Sí, es que a veces pienso que todo se complota para que no pueda hacer nada. Por empezar, mi 'atolondradez' me hace perder una oportunidad laboral... tampoco me importaba tanto, pero lo necesitaba e iba a ocupar parte de mi tiempo. Tiempo. Lo que me lleva a los horarios. La bendita schedule personal. Tengo tiempo libre y no lo puedo aprovechar porque todo lo que quiero hacer simplemente no coincide con el horario de TEA. Hice mal, muy mal en anotarme a la tarde. Me corta el día y no llego a todo lo que arranca a las 19.
I'm stuck.

martes, 14 de abril de 2009

** piquito de loro que parla y camina
il morto ki parla
titiritienado mas y mas
el muñeqito sin cesar
ese que se sube a la canoa y no rema
rio abajo rio arriba viva viva la alegria
de las risueñas liturgias de hoy y ayer
salta para q mañana le salga mas
mas de ese pus de ensueño
qe enbadurna su cachafaz
que bien maquilla el polvito de hornear!
sin querer se tiro cif
y desinfectó sus recuerditos
se fue la ultima, chamigos
pilitas de carbon y ollin remunerado
silicona organica de moluzco laico**
--

muñequito cabezon by cushi & confite

jueves, 2 de abril de 2009

Yes, sir!

Robbie Williams

Josh Holloway

Jude Law

Juani Hernández

Johnny Depp

Orlando Bloom

Gustavo Cerati

Chris Martin

Bryan Greenberg

Charlie Hunnam

Jared Padalecki

Adam Brody

Lisandro Aristimuño

Hunter Parrish

Ami James

miércoles, 1 de abril de 2009

I usually mess everything up






f*ck.

domingo, 15 de marzo de 2009

Cañuelas

Lo agobiaba el verano, el calor sofocante que emanaba del asfalto, la corbata que ajustaba su cuello. Caminaba por Corrientes para el bajo y las gotas de los aires acondicionados le caían sobre la frente para refrescarlo del sol picante de enero. Sin ánimos arrastraba los pies y, cuando levantó la vista para tomar un trago de su ya caliente agua mineral, la vio.
Era Josefina y fue como si el tiempo se detuviera. Sin darse cuenta, quedó boquiabierto y apenas ella pasó por su lado, dio media vuelta y la siguió sin pensarlo. A medida que avanzaba, una nube atemporal transportó su mente a aquel verano, siete años atrás, cuando todavía no aborrecía la época estival y llegaba con su mochila a la quinta en Cañuelas.
Se sentía el aroma a eucaliptos y a césped recién cortado, y tan pronto como entraba en la cocina podía oler las frutas que su abuela cortaba para la ensalada. Se oía de fondo el silencio del campo y la casa se veía tan blanca como siempre. Cada verano era como un deja-vú de sentidos, era volver a percibir todo una vez más.
Pero ese enero, cuando tenía 18 años, iba a ser diferente. Había salido hasta la tranquera para aceitar las bisagras y por la calle de tierra vio pasar a una chica en bicicleta que lo saludó con la mano y entró a la casa de al lado. Enseguida, soltó el aceite y se acercó hasta la ligustrina para espiarla entre las hojas.
Ella dejó la bicicleta y sacó de un cuartito una tijera podadora. Observó cómo se aproximaba en su dirección. Era tan alta y esbelta como una espiga. Tenía un pantalón corto blanco, una musculosa verde y ojotas; su pelo castaño estaba adornado con un pañuelo de colores vibrantes. Él no se movió, podía oír los cortes de la tijera muy cerca pero no quería correrse, quería volver a mirarla. Imaginó mañanas de mates con ella, tardes de paseos y noches de largas charlas mirando el cielo. Su imaginación lo llevó tan alto que un tijeretazo cerca de su oreja lo exaltó y se cayó para atrás.
Pudo escuchar su risa y un “¿Estás bien?”. Era ella que lo miraba entre las plantas con una sonrisa. Su vergüenza no pudo más que llevarle las mejillas a un rojo tomate extremo. Ella pasó por un costado y lo ayudó a levantarse. “Josefina”-dijo-“Perdón por el susto”. Él se rió mientras buscaba una excusa para explicar su situación pero Josefina no lo dejó hablar: “Soy nueva por acá, es el primer verano que venimos, ¿vos?”. La breve conversación duró hasta que un auto tocó bocina y ella tuvo que despedirse para ir a abrir.
Sabía que esas no iban a ser las únicas palabras con las que se quedaría, había idealizado a Josefina como la mujer de su vida. Poco sabía de ella y no le hacía falta saber más para tomar tal determinación. Esa noche preguntó a sus abuelos si conocían a los vecinos nuevos pero su hermanita menor, que ya llevaba hospedada allí unas semanas, no los dejó contestar y dio su versión. Según ella, eran los familiares de la doña que solía vivir ahí y sólo se quedarían un tiempo para sacar algunas pertenencias y preparar la casa para alquilar. La abuela asintió.
No había tiempo que perder, si Josefina iba a estar poco tiempo tenía que encontrar la manera de acercársele. En los días consiguientes sólo se saludaban cuando se veían, eso lo impacientaba cada vez más y le hacía sentir que su corazón le iba a saltar por la boca. Pero un atardecer coincidieron en el almacén y él, sin vacilar, la invitó a compartir una cerveza esa noche.
La luz tenue y amarillenta de dos farolitos puestos en la galería, iluminaba sus ojos color miel y resaltaba el claro de su pelo larguísimo. Acomodados en el sillón mecedor, tomaban de los porrones helados y hablaban de sus vidas. La brisa cálida los abrazaba y en el silencio de alguna pausa intercambiaban miradas cómplices. Estaban cerca, él podía oler su perfume frutal y sentir con los roces de sus brazos lo tersa que era su piel bronceada. En un minuto, luego de tragar el último sorbo de cerveza y velozmente como una inyección dolorosa, ella le dijo que la mañana siguiente volvía a su casa para irse a alguna playa del sur de Brasil con su mejor amiga.
Él notó algo de tristeza en su mirada o quizá melancolía, porque sabía que Josefina hubiera deseado aunque sea un día más en Cañuelas. Y no estaba equivocado, fue lo que ella luego expresó en las más dulces palabras que no pudieron evitar que la besara, mientras una fuerte ráfaga de viento auguraba una tormenta. Antes de que pudiera abrir los ojos para salir de ese trance mágico, la primera gota de lluvia salpicó su cara.
Como despertándose de un sueño eterno, se secó con el antebrazo la humedad que le había dejado el rastro de esa pequeña porción de agua y cuando volvió a mirar, vio el azul profundo de su traje y otro aire acondicionado ubicado sobre una pared gris cuyo escupitajo lo había despabilado. Echó un vistazo a su alrededor y volvió a divisar a Josefina que esperaba en la puerta de un edificio. Tan pronto como se decidió a ir a hablarle, la puerta se abrió y salió un fornido muchacho que la abrazó. Un sudor frío recorrió su espalda y la sintió otra vez tan lejos como la mañana que ella se fue de Cañuelas, con su pañuelo de colores vibrantes.

jueves, 5 de marzo de 2009

Lovers in Japan - Coldplay

domingo, 1 de marzo de 2009

Será la vida que siempre nos pega un poco

People walk past a boy playing marbles in the street in Rawalpindi , Pakistan, Monday, Feb. 16, 2009. (AP Photo/Emilio Morenatti)

Via: Boston Big Picture

lunes, 23 de febrero de 2009

Nobody said it was easy

Resulta que la mina está en la parada del bondi a la madrugada y recibe un llamado en su celular. Figura como "privado" y se le cruzan en la mente mil posibilidades de potenciales remitentes de esa llamada. Pero no. Es Juan. "Digo, Alejandro". ¿Para qué llama? Está muy ebrio y le dice que quiere hablar con ella. "¿De dónde sacaste mi número?". No va a responder. No puede. No quiere. No sabe. No se acuerda.
Qué patética es su vida que a sus 50 años está en un bar, solo, tomando vaya uno a saber qué y llamando a una completa desconocida -muchísimo menor que él- de la empresa en la que trabaja.
"¿Qué querés? No me llames más". Ella no sabe que quizá esa voz al otro lado del tubo sea su única compañía hasta mañana. O hasta pasado. O hasta el lunes, cuando vuelva a la oficina y alguien le dirija la palabra, solamente para darle las llaves de la camioneta de cadetería








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viernes, 20 de febrero de 2009

Wonders why wealthy people gets things easier
Wonders why they really don't appreciate their benefits
WONDERS
WONDERS

martes, 17 de febrero de 2009

Acostumbrarse al desapego










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lunes, 16 de febrero de 2009

Trippin

Cuatro ebrios se lo llevan al rockero,
otra vez ha fracasado el funeral,
en el barrio se relamen las pancartas,
avivando al modelo para armar.
Baila, baila, el boca en boca está de faso
pero esta vez el muerto regresó
y sentía que era extraño en esa orquesta
que aburría de sonar en Sol mayor.
¿Por qué, ese palo que te amasa,
que te afofa, que te aplasta,
vos lo usás para matar?.
Después, cuando ya no queda nada,
no hay más ojos, no hay más manos,
lo querés acariciar ...
No hay nada, lo amás
No hay nada, no queda nada ...
Oficinas alistando predadores
en las radios incitando al festival,
que recuerda por primera vez a un hombre
que la gente hoy está queriendo más ...
Con el tiempo se nos fue para la cresta
de una ola que no para de crecer
hoy su cara está en todas las remeras
es un muerto que no para de nacer ...
¿Cuál es?, kamikazes de otras almas
aburridos en sus casas
no se animan ni a cantar ...
Después,
alucina que planea un héroe de otras
tierras y los viene a rescatar ...
Es esa, si no está
la jeta, vos armás,
una careta con tus ganas ...
Amén!
Cuatro ebrios se lo llevan al rockero,
se lo llevan para siempre
se deforma y pronto vuelve.

miércoles, 28 de enero de 2009

I'm only sleeping

So real, I could feel it. In his arms, I smelt his scent, actually felt his dreadlocks and his beard grazing my cheeks. We were tight as one, moving in one move, breathing each other's breath. You don't know how comfortable I was, I've never even imagined such a pleasant moment with whoever. And there it was. Happening. Resting innocently in his company, so real and touchable... but, suddenly it vanished... you know, I'm only sleeping.

Somewhere

Ahí. En el solo de la guitarra, saltaron todos desaforados. Cual monos furiosos, gritando y rozando sus cuerpos transpirados. Moviéndose al ritmo de la música, dejándose llevar y sintiendo las vibraciones en las entrañas.
Los miraba desde arriba y le costaba creer que sus dedos estaban generando esa reacción en la masa de gente, que se asemejaba a una marea. La sensación superaba la adrenalina, iba más lejos que la euforia. Nunca le había pasado, pero, en el fondo, sospechaba que eso era lo más cercano a la plenitud que había experimentado jamás. Cuanto más los veía agitarse, más disfrutaba de ese instante que se escurría como arena entre las manos.

No podía dejar de pensar en los acordes que seguían, tampoco podía evitar dejarse llevar por la excitación y el movimiento que le provocaba la música, su música. Las luces irradiaban calor, el ardor de los presentes subía la temperatura y su propia fiebre corporal, lo hacían sudar como si estuviera bajo el rayo de un sol despiadado.
Pero apenas concluyó y se unió al ritmo uniforme de la banda, el éxtasis que lo había embriagado fue reduciéndose gradualmente. Tras exhalar una bocanada de aire y cerrar los ojos, supo que era ése y no otro su lugar en el mundo. Ahí.